Y la historia se repite:
el dragón feroz que lucha y no se inhibe,
e intenta arrancar la voz de la princesa
que asustada libera aullidos de terror...
que asustada libera aullidos de terror...
Mientras bajo la capa dorada,
ve llegar a su eterno amor,
que con el filo de su espada,
logrará dar muerte al dragón...
Con sed de sangre ese montruo
ansia probar el dulce sabor,
que la piel de la princesa libera...
Pero el sentimiento no es mútuo
pues ella lo que siente es dolor,
entre las garras de tan temible fiera...
Mientra ella espera,
su pequeño corazón
poco a poco desespera,
y ya da por sentado
sin cualquier razón,
que seguramente para ella,
no habrá otra primavera...
El gentil caballero
promete serle fiel...
Y montado sobre su corcél
espera su terrible destino...
Y mientras el sudor frío
recorre lento su cuerpo,
arma su alma y con brío
da el caso por resuelto...
Con un golpe bien asestado
mata sin miedo a la vil bestia,
y con ella a su corazón sombrío...
De la sangre de la criatura
florecieron mil y una rosas...
Y así cuenta la leyenda
que aún hoy en día,
dónde el cuerpo
de la princesa reposa
existe un inmenso rosal...
Que se mantiene vivo
gracias al amor eterno,
prometido entre los
corazones sinceros...
Y pues es ese amor...
El que hace posible
que ésta historia
no tenga final...
Y hace que el amor
siga siendo tan duro,
como tierno y especial...
Y da a saber al mundo
que si por amor la vida
eres capaz de dar...
Para ti no estará escondida
la persona a quién amar...
Mazzu Saintz.*
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