A todos nos pasa que en algún
momento de la vida buscamos
algo, ya sea la camiseta que tanto
nos gusta, el cargador del móvil o
otra cosa que en ése momento
nos causa una necesidad que
algunas veces roza la desesperación.
La mayor parte de las veces, acabas
no encontrando lo que buscabas y
te sientes contrariado y asqueado,
pero, por suerte esa sensación se
recompensa con algo que es muy
curioso: siempre acabas encontrando
algo que no esperabas encontrar y
que, aunque no era lo que buscabas
te saca una sonrisa tonta que te
hace sentir que ya no necesitas
tanto aquello que buscabas...
Así que parece ser que la solución
es no buscar nada, parece ser que
debemos seguir caminando e ir
encontrándonos ésas pequeñas
grandes cosas que nos harán
sonreír inevitable e instantáneamente.
Es bonito el camino si te relajas
y dejas que las cosas ocurran,
sin estrés, sin preocuparse,
sólo respirando profundamente
el aire que te llega con la brisa
intentando no pensar en nada,
no pensar en planes, no pensar
en problemas, no pensar en
nada, mantener la mente en
blanco con la única meta de
seguir luciendo una sonrisa
que nos mantenga felices,
porque mientras caminemos
encontraremos lo que el destino
vea que es mejor que encontremos.
Mazzu Saintz.*
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