lunes, 15 de diciembre de 2014

Dilema iluminado...*

Sombra de mi vejez, 
sombra de las mil sombras de las mil oscuridades, 
oscuras sombras de la tristeza,
de la amargura, 
dulce amargura amarga.

La vejez es ese símbolo en el que las sombras 
no són más que eso: 
sombras.

Las sombras, faltas de luz, 
sombras oscuras que confunden 
la realidad con su oscuridad inmunda,
sombras esqueléticas a los pies de su cama, 
él las puede ver, nosotros no, 
son sus sombras atormentadas,
atormento de todas las sombras y nada... 


La realidad se confunde en su cabeza, 
porque al pensar lo que es, 
no es lo que él piensa que es para sí...


La gente no piensa de él lo que él piensa de sí mismo...


Vive en una verdad mentirosa, 
en una realidad obscura,
 en un abrir y cerrar de ojos
lento y destelleante...

Sus sombras, 
sus pasados, 
sus ancestros antepasados, 
atormentos no deseados, 
amores y desamores, 
amores desenamorados. 

Alumbra tu vida de luz,
enciende la vela de la verdad
y sé quien quieras ser
sin que otras sombras decidan por ti.

Sé quien eres,
como un sido,
un anónimo escondido,
 de las sombras sombreadas
oscuras desnorteadas. 

Porque: 
¿Qué es la sombra sino falta de luz, 
y qué es la luz sino falta de sombra?

Mazzu Saintz.*

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