viernes, 28 de julio de 2017

OrgulloAuxiliar.*

Aun recuerdo mi primer día en Joviar,
todo era nuevo, todo era color y aunque
lo básico fuera hacer higienes
(es decir, estar expuesto a heces y pises), 
dar comidas varias y acostar personas,
fué muy especial para mí... 

Resulta que como toda historia todo tiene su trasfondo
y el mío, como muchos otros es especial...

Todo se remonta a por qué y 
para qué quise ser Auxiliar de Enfermería... 

Mi primera fuente de inspiración fué mi padre, 
desde bien pequeño, siempre dijo que si él
hubiera podido estudiar todo lo que quisiera
le hubiera gustado ser un gran cirujano... 

De ahí mi tendencia a estar siempre cerca
de los temas sanitarios y el interés en ser el mejor, 
o de los mejores estudiantes de mis clases
a lo largo de todos los cursos que he hecho... 

No fué hasta después de un hecho desagradable
para mí que decidí lanzarme de cabeza a
la aventura, a hacer algo que hace tiempo quería...

Después de 2 años de una relación sentimental, 
vi que necesitaba ocupar mi mente después
de ser dejado por mi ex pareja y me aventuré
a estudiar algo que siempre quise pero no
tenía la lucidez que necesitaba para ello... 

Como bien he dicho antes, mi primera inspiración
fue mi padre, pero eso no significa que fuera
la más importante, porque quien ocupa ese puesto
es otro miembro de mi familia: mi madre.

Mi madre: es Auxiliar de Enfermería.
Por y gracias a ella, descubrí que, como comenté
a mi ahora coordinadora en Joviar, Dolors
(de quien hablaré más tarde), 
siento muy dentro que tengo un don nato 
para este trabajo, que viene en mí...

Al iniciar el curso de Auxiliar de Enfermería 
en el Instituto Torrevicens, poco a poco
descubrí que me hacía muy feliz
hacer feliz a otras personas con mi forma de ser, 
que me hacía feliz ver que otras personas
se sentía agradecidas con mi ayuda y
que día a día estaba cada vez más convencido
que esto: era lo mío.

Tras un año de echar currículums y currículums, 
de depresiones y de caídas en lo más hondo
del fondo de mi autoestima, me llamó Dolors, 
la coordinadora de mi centro y me ofreció
una entrevista de trabajo en la residencia Joviar.

Recuerdo bien que fui tal como iba vestido en bici, 
recuerdo que llegué y estaba muy tranquilo, 
quizás hasta demasiado entusiasta y animado
porque sabía que daba la talla y de sobra
para trabajar de ésto y que no defraudaría
a nadie, porque no me permitiría fallar... 

Pero, las dudas se acercaban con cada minuto
que pasaba y se me hizo un amasijo de nervios
en el estómago que me dejo un tanto inseguro... 

Dolors y yo, hablamos un buen rato y aunque
al principio era todo muy formal, acabamos
hablando de mis hobbys y un poco de cómo
veíamos la profesión, cada uno a su manera... 

En resumen, mi trayectoria hasta mi primer día en Joviar
no fue de las más fáciles que pudo haber sido y
realmente, a día de hoy, tampoco deseo que
lo hubiera sido, porque hoy valoro mucho más
el recorrido que tuve que vivir para llegar, 
mucho más que el hecho de lograr trabajar
de lo que realmente me motiva y me llena...

Ser Auxiliar de Enfermería es mucho más que 
"limpiar culos" y hacer camas... 
Es muchísimo más que eso. 

No hay suficiente dinero que pueda pagarme 
la cara de felicidad que pone un anciano cuando
le escuchas hablar de sus cosas, 
no hay bien preciado en el mundo que consiga
igualar en valor el sacarle una sonrisa a alguien
que te está hablando, mientras llora,
de una persona clave en su vida que ahora 
está fallecida, con tanto mimo que no puedes
aguantar las ganas de llorar, tú también... 

No hay diamante lo suficientemente grande 
que pueda pagar que te digan que te echan de menos
cuando no estás o que te buscan con la mirada
cuando tienes fiesta, para verte o contarte algo... 

Ser Auxiliar de Enfermería es mucho más. 

Claro que es mucho más.


Siendo Auxiliar puedes dar un poquito de brillo
de vida a lo que les queda de vida a esas personas
que en esos instantes no ven nada más 
que el color negro y el desear morir... 

Es el mismo brillo que mi chica Mary me dio
cuando estaba deprimido por no encontrar trabajo
y no poder despegar y seguir adelante...

El mismo brillo cuando estás tan triste que te planteas 
si es mejor seguir persiguiendo lo que crees imposible
o es mejor, hundirte algo puntiagudo en las entrañas... 

Siento que doy brillo a unas auras magulladas, 
que doy luz a unas estrellas que no brillan como pudieran, 
que doy ganas de vivir a quien sólo estaba esperando
a la muerte y hago menos pesada la carga que lleva
alguien que cree que no es necesario ya en el mundo... 

A algunos de ellos, cuando dicen:
"a ver si me muero y voy ya al cielo" 
les digo:
"no puedes aún, necesito tu sonrisa aquí conmigo"

Y realmente, la necesito.

Quizás soy adicto a la felicidad ajena...
Que me declaren culpable de eso, si quieren, 
no es ninguna pena para mí seguir haciendo
felices a más y más personas aún... 



#OrgulloAuxiliar
Marco Santos.*

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