martes, 27 de junio de 2017

Reloj de barro.*

Comprobaste que el tiempo no se compra,
que no hay un supermercado que lo venda,
que con el paso del tiempo todo cambia...

y que hora a hora, la vida mejora o empeora...
Y sigue sin haber dónde comprar tiempo...
No existe ninguna tienda...

Con el paso del tiempo cambiaron tus amigos,
como cambiaron las personas con las que vives...
Hasta tú mismo cambiaste sin darte cuenta...
Y todo a tu alrededor cambió contigo...

Cambiaron tus compañías,
tus gustos, tu voz y tu estilo...
Cambiaron también tu cuerpo,
tu alma y tu mente, y sigues vivo...
Aunque a veces te sientas muerto...

El tiempo que todo destruye,
forma, deforma y hacer florecer,
cataboliza las relaciones y influye
en cada ínfimo pedazo de nuestro ser...

El tiempo cura sentimientos malos,
ofreciéndonos poco a poco los buenos,
hace que vivir sea un juego de dados,
en el cuál sólo confiamos en los sueños...

 Porque ni somos dueños de nuestra vida,
ni del reloj, ni del tiempo,
que pasa a escondidas,
lejos de nuestro control...
Se nos pasa la vida...
Y no encontramos el botón de on/off.

Sin embargo, el tiempo se para a veces,
cuándo conoces a alguien tremendamente especial...
Entonces, de rodillas y sin estar en nuestros trece,
esperamos el momento que vuelva a suceder...
Que vuelva a pasar, ese suceso paranormal...

Para el tiempo,
rodeándote de cosas buenas...
Sé dueño de tus sentimientos,
y que la sangre que llevas en las venas,
fluya con tal intensidad...
Que no notes el tiempo pasar...

Que poco a poco para ti...
El tiempo sea una ilusión...
Y así te deje de importar...
Que te guíe el corazón...
Por el camino...
Que realmente deseas tomar...
Créate tu destino...
Y por nadie te dejes cambiar...

Mazzu Saintz.*