Imagino.*

Ahora imaginaba... 

"Suena una canción de amor

bajo las luces de neón 

de diferentes colores, 

con el gas con el dulce olor 

de caramelo o de golosina, 

ése aroma que emanas tú, 

el aroma de algo irrestible... 

Suena una balada...

Te miro,
con la más cálida 

de todas las miradas de siempre, 

tú me miras
con la misma mirada... 

Te cojo de la cintura, 

apoyas tu cabeza en mi hombro,
luego, 

al compás de la canción 

te digo al oído muy calmado, 

todo lo que te amo, 

con las dos
únicas y necesárias
mágicas palabras: 

"TE AMO"
una y otra vez, 

y una y otra más... 

Y, como siempre,
resbalan, deslizan,

sobre mi cara
las gotas de agua salada
que emanan de mi mirada
todas las veces que siento
que sin ti, no podría vivir,
que sin ti,
como diría Amaral:
no soy nada.

Allí, acabada la canción... 

Te miro... 

Me miras... 

Nos miramos... 

Me besas... 

Te beso... 

Nos besamos... 

Te amo y me amas. 

En resumen...:

nos amamos."

Mazzu Saintz.*

Con nosotros...*

Buenos días mundo.

Quizás me desperté 

demasiado sensible... 

Oigo cómo me dices "te amo"

tan y tan cerca que asusta, 

porque no estás aquí... 

¿Será que estaré delirando...?

¿O quizás sean aquellos deseos

que de tan deseados y reprimidos, 

quieren hacerse realidad 

por su propia voluntad

ya que no fueron cumplidos...?

Ya no sé qué está pasando... 

Por el rabillo del ojo, creo

verte asomar en mi ventana

y por miedo, no quiero mirarte... 

Desearía que cierto fuera, 

abrazarte éstos días tan fríos,

regalarte de manera sincera, 

todos éstos besos tan míos... 

Poder mirarte durante horas, 

mientras tú, quizás ríes o lloras, 

llevarme tus lágrimas, guardármelas,

ir pasando tus páginas, disfrutándolas... 

Tenerte en mi pecho

hasta que uno o ambos

quedemos dormidos... 

Sentirme orgulloso 

de tener el derecho

de estar aquí contigo... 

Acariciar tu cuerpo, 

levantando deseos, 

sentir que tu piel se eriza

y saber que no es por miedo... 

Recorrer tus mejillas a besos,

y hacerte reír y sonreír, por ello... 

Ver la felicidad en tu rostro, pintada,

mientras yo, con los ojos cerrados y

mientras te acaricio el pelo, lloro,

con el alma feliz y desaliñada...

Y sentirte así, muy muy cerca,

piel con piel, cuerpo a cuerpo, 

sentir el calor de tu piel que

a gritos reclama más sexo... 

Pero tu cuerpo y tu piel,

se equivocan.

No sería capaz, ni siquiera sería justo, 

regalarle sexo, a esa persona,

que consigue que se pare el mundo, 

con tan sólo un roce de su boca... 

Y pues, nosotros no tendríamos sexo,

y pues, por muy tópico 

que suene, nosotros: 

haríamos el amor... 

Es distinto y quién lo haya vivido lo sabe, 

pasa de ser algo físico y sin sentido, 

a ser algo tan precioso que no alcanzo, 

ni siquiera con palabras, a describirlo... 

Y siento que quiero estar

contigo por siempre,

sin importar adónde

el destino nos lleve... 

Poder afrontar juntos 

el enorme desorden

que nos depara el camino, 

ya sea duro o sea leve... 

Quiero seguir soñando 

con despertar contigo,

y después que algún día

eso ya sea del todo cierto, 

seguir soñando que nunca, 

nunca, nunca lo haya sido... 

Para tener cada día la misma ilusión

y el mismo deseo de poder revivir

aquellos anocheceres que ya pasaron 

y crear amaneceres distintos y nuevos... 

Pero con una condición, sólo una,

escucha bien lo que ahora te digo:

«Yo contigo, 

tú conmigo...

Yo sólo contigo, 

tú sólo conmigo...

Yo siempre contigo,

tú siempre conmigo...»

¿Aceptas?

A Mary, te amo.

Mazzu Saintz.*