martes, 1 de septiembre de 2015

Sonreírle al dolor.*



Todos tenemos aquello que nos merecemos, 
ya sea bueno o sea malo, dependiendo 
de lo buenas o malas personas que hayamos sido

y de las actitudes que en un momento u otro
tuvimos en pro o contra de otras personas... 

El destino se encarga de crear
las circunstancias perfectas e idóneas 
para que pase lo que tiene
que pasar cuando tiene que pasar, 
así que podemos decir con mucha seguridad
que tarde o temprano llegaremos a buen puerto,
y pisaremos la arena de la playa 
con la seguridad suficiente
que nos regalará la felicidad que merecemos.  

Por ello que a todos nos llegan
los buenos momentos
si sabemos tener la calma y la paciencia
para esperarlos con tranquilidad y sin prisa.

Me gusta pensar que si me pasan cosas malas
es porque hay una recompensa enorme
al final del camino.

Lo comparo con una montaña:
sufres al subirla,
pero al llegar arriba las vistas
hacen que haya valido la pena el sufrimiento 
y que después del buen momento, 
bajarás la montaña hasta llegar abajo de nuevo,
dónde te estarán esperando otras montañas,
más grandes o más pequeñas
cada cuál de ellas con su recompensa. 

Cuánto mayor y más alta la montaña, 
más alta la recompensa,
así que la lección de hoy es que:
hay que sonreírle al dolor,
porque detrás de él,
vienen los mejores momentos
de nuestras vidas.



Mazzu Saintz.*